Volví a ser engañada

Volví a ser engañada por mi mente, me volvió a ilusionar con cosas que ella misma creo. Me dejo vagar en la dulzura de la imaginación para después dejarme caer en el agua helada, congelada de la triste y amarga realidad- Ya detente por favor- Grite desesperada, ¿Que más podría hacer? ¿Cómo de un encuentro feliz, de tanto amor que llegue a sentir...Todo se volvió amargo y diferente? ¿Como? ¿Había sido él? ¿O fui yo? ¿Fue mi mente? ¿O fuimos los tres? -No le debes de contar a nadie lo que te pasa. Escuche claramente desde mi interior, ¿Por qué no le podía contar a nadie? ¿Porque mi mente jugaba conmigo? Yo era solo un peón más en este juego oscuro, donde el gran premio era destruirme, si, era mi mente la que me provocaba esto, nadie más tiene la culpa más que mi mete junto con sus falsas ilusiones. -Espera un momento, querida, yo no tengo la culpa, también la tienes tú por creerme a mí, y obvio por creerle a él. Dime... ¿Cómo le pudiste creer que cada día de tu vida iba a ser diferente, emocionante y especial? ¿Cómo le pudiste creer cuando te dijo "Yo soy tu príncipe" si ni siquiera tenía armadura? y el que se lleva todo el oro es... al hacerte creer mis propias ilusiones, ¿o que no sabías que él era mi cómplice? Sí, claro, como decirte que no, si el contribuyo a que poco a poco estas ilusiones falsas que hoy tanto odias, las amaras, las adoraras y cayeras rendida a sus pies y al el terminar enamorado de ti, y arrepentirse de lo que hizo mostró su verdadero interior, y que crees mi querida, NO ERA, NO ES, NI SERA LO QUE TU QUIERES- me grito así, sin más, no pude aguantar más y derrame mis lágrimas, una por una, quedando con los ojos vidriosos sin poder ver claramente y me deje caer, sin importar nada, mi mente tenía razón, y era cruel la verdad, era muy cruel. Él estaba loco por mí, yo ya lo empezaba a odiar, aunque en mi interior hubiera un poco de cariño hacia él, no lo podía amar, él no era lo que yo quería, él no era para mí y comenzar a recordar todo el tiempo junto, todo lo que vivimos. -Ya no llores más, es momento de que sigamos, olvides, y continúes siendo mi prisionera, que más puedes hacer. Ya estoy ansiosa por comenzar un nuevo juego, y verte destrozada- soltó una pequeña risa, me levante con una leve sonrisa, mire al frente y limpie mis lágrimas, si mi amo, lo que tú digas. -Y recuerda querida, nunca digas lo que pasa entre nosotras, es por nuestro bien.

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